El hábito de dejar las cosas para después se llama procrastinación. Si te preocupa hacerlo con tus tareas, te digo que esa sólo es la punta del iceberg. Lo más preocupante es dejarte a ti para después, por temor a fracasar y acostumbrarte a vivir  una vida planeada desde el miedo. Donde lo único que imaginas para tí y que anhelas es  lo que necesitas para sobrevivir, porque llevas años así y ya te olvidaste que también existe la opción de atreverte a querer lo mejor  para ti y ser el mejor en lo que hagas.

La procrastición, es una de las debilidades humanas más comunes. Todos, en algún momento, hemos dejado de hacer eso que tanto queremos por mil razones, claro y seguro todas muy buenas, ¿no?

La procrastinación comienza cuando percibimos eso que queremos hacer como una actividad incómoda,  temida o difícil;  entonces nuestra mente que quiere mantenernos a salvo, comienza a generar miles de excusas o creencias limitantes para que evitemos la situación.

Y piensas cosas como: “Mejor voy a la fiesta, para dejar de pensar en eso y así mañana hago el informe” o “Si dejo de fumar me engordo, mejor adelgazó primero, y después dejo de fumar.” “Qué pereza levantarme a hacer ejercicio”, “No yo no sé vender, es que no puedo”.

Evitar la incomodidad o el miedo nos genera alivio, que es el premio por haber huido de la situación, y como los premios nos encantan, repetimos ciclo de manera impulsiva.

Nuestra mente actúa como un caballo. El caballo siempre jalará hacia el camino que conoce y evitará la incomodidad. Pero si controlas bien a tu caballo, puedes darle la confianza para que enfrente sus miedos y llevarlo a donde tú quieras. Al principio se resistirá, pero luego aprenderá a ir a donde tú quieres que vaya.

Igualmente, cuando tomas el control de tu impulso por escapar de la incomodidad, es cuando comienzas a dirigir tu propio destino. Si quiere trabajar el tema, acepta la incomodidad como el primer escalón hacia el crecimiento y sigue los siguientes pasos:

1. Cuando quieras “dejar para después” o procrastinar, obsérvate, escúchate.
2. Describe la situación, la excusa que te das para aplazarla, ¿cómo te sientes?,¿Qué es lo que te incomoda o te da miedo de la actividad?
3. Preguntaté: ¿Cómo te sentirás depués de realizar la actividad?, ¿Qué le aportará a tu vida esa actividad y ¿Qué te va a aportar como persona, hacer la actividad?. Además ¿qué pasa si no la haces?, ¿Cómo te sentirás depués de no realizar la actividad?, ¿Qué le aportará a tu vida no hacer la  actividad y ¿Qué te va a aportar como persona, no hacer la actividad?.
4. Si decides realizar la actividad, partela pequeñas metas y ponte plazos para cumplirlas. Lograrlas te hará sentir bien, hará que crezca tu confianza en ti y tu motivación ¡Suerte con tu caballo!

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